domingo, 14 de agosto de 2016

Carolina Baquero

Cáncer.

Una enfermedad silenciosa

24 años de vida fueron apagados por el cáncer, ni la fe pudo contra ella.

El 16 de abril, después de su fiesta de graduación, empezaron las primeras molestias, un simple dolor de estómago, un poco de nauseas, hinchazón en su área abdominal, las primeras señales de que algo no andaba bien.

Las visitas a los doctores se hicieron frecuentes, muchos no daban un diagnóstico preciso, los exámenes que se realizaba eran varios, las idas a hospitales eran frecuentes. Un sábado en la mañana corrieron al hospital de emergencia, al fin dieron con el diagnostico, un diagnostico fatal.

El sábado 23 de abril del presente año a las 16:00 pm, en el hospital Padre Carolo, empezaron a drenar de su área abdominal un líquido color rojo y espeso, vino otra rutina de exámenes, solo para confirmar el diagnóstico que la mayoría de doctores sospechaban. A las 18:00 pm de ese sábado los doctores se acercaron a dar el resultado de los exámenes, era cáncer, un cáncer que había atacado a los ovarios, ya en etapa muy avanzada, en su interior estaban tres tumores, y su sistema linfático estaba contaminado por la enfermedad, aproximadamente le daban solo un año de vida, el único consejo que pudieron

dar a su madre los doctores fue “señora debe ser fuerte, consienta a su hija, complázcala en todo lo que ella quiera”. La noticia acabo con todos, nadie creía lo que estaba sucediendo, fue un golpe muy fuerte para sus padres y sus hermanas.

El lunes 25 de abril llevaron todos sus exámenes y los resultados de los mismos al hospital del seguro social, para analizarlos y ver qué tan avanzado estaba el cáncer. Los doctores del hospital del seguro, tranquilizaron a la familia, no era seguro que el cáncer este tan avanzado, primero necesitaban el resultado de la biopsia. Para eso debían ingresarla dos días y poder realizar dicho examen. Había días en que la enfermedad le quitaba todas las fuerzas, hablaba muy poco, lo único que podía mostrarnos era su sonrisa, las horas de sueño se acortaban y las molestias eran cada vez más. El 2 de mayo la internaron en el hospital del seguro con la esperanza de poder realizar la biopsia y poder comenzar con el tratamiento que podría alargar su tiempo de vida, pero la realización del examen cada vez se complicaba, la sangre de ella ya no coagulaba, los doctores empezaron a colocar plaquetas para regular su sangre, cada vez se iba descompensando, iba perdiendo peso, y el líquido en su abdomen iba en aumento, todo su cuerpo empezó a hincharse. Pasaron diez días, esperando que realicen la biopsia. El día 12 de mayo pudieron realizar el examen, la esperanza iba en aumento, al día siguiente empezaría con las quimioterapias y en cinco días regresaría a su casa. 13 de mayo empezó con las quimioterapias, no sentía dolor, comía lo que a ella más le gustaba, gelatina, la última vez que la vi reír. 14 de mayo los efectos de las quimioterapias comenzaron. 15 de mayo, 01:00 am, empezaron las taquicardias, y dolor abdominal, la llevaron a terapia intensiva, toda sedada, solo alcanzó a decirle asu mamá: “ten paz y tranquilidad” y una pequeña broma. 08:30 am un paro respiratorio acabo con su vida prematuramente. El cáncer es una enfermedad silenciosa, sin aviso, muchos pueden padecer años con esto y muchos mueren al instante sin dolor. una enfermedad que no mira edad, ni condición social. Considerando como un animal que va devorando las ganas de vivir, de luchar, las esperanzas de quien lo padece, dejando un gran vacío. La vida de Belén, Belencita como le gustaba ser llamada, fue apagada precozmente, en silencio. El diagnostico que nos dieron fue errado no tuvo un año de vida, tan solo fue un mes, un mes donde ella mostro valentía y mucha fe, pero esto fue más fuerte, logró apagar su sonrisa y cerrar su mirada de manera definitiva.

“El cáncer es silencioso”.

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