lunes, 15 de agosto de 2016

Reportaje 
Gissela Ortega
5to "C"

Un espacio para todos 
Las casas Ocupa

Casa Uvilla es un centro cultural cuyo proyecto es de reconstrucción y rehabilitación de un espacio abandonado. El deterioro de la casa ha avanzado por los años en que ha permanecido sin uso a favor de la comunidad. Es así como se busca crear un centro cultural que además de ofrecer talleres presente el resultado de los mismos, que desarrolle actividades artísticas, culturales y educativas.

Las casas ocupa son lugares que pretenden recuperar terrenos desocupados y viviendas vacías temporal o permanentemente, con el fin de utilizarlos como tierras de cultivo, vivienda, lugar de reunión o centros con fines sociales, políticos y culturales, entre otros.

Las “casas ocupa” nacen bajo problemas sociales y económicos desarrollados en un lugar; como una forma de reivindicación de los valores sociales y culturales. En Quito los lugares que han sido tomados como “ocupa”son enfocados a un desarrollo artístico cultural, lo cual les convierte en su gran mayoría en centros culturales.

Casa Pukará es otro lugar ocupa, este es un espacio que abre las puertas a las distintas manifestaciones comunicacionales artístico-culturales tales como la música, los gaffittis, el tatoo entre otros. “La intención es que las personas reconfiguren el concepto de espacios ocupa como lugares de negatividad social y aglomeramiento de vicios para la ciudad y lo piensen como espacios de aprendizaje, emprendimiento y desarrollo social, como ideas alternativas a la forma ya establecida de concebir y trabajar sociológicamente un espacio.” Nos menciona Gabriel Buitrón, uno de los dirigentes de este sitio.

 La cotidianidad impuesta nos dice cuáles son los espacios que nos corresponden, nos ordenan espacial y mentalmente según nuestro género, clase social, estatus, gustos, etc. Se nos impone "lo normal" para señalar y excluir lo " a-normal"; por ello ocupar y re-construir espacios que desafíen lo impuesto nos ayudan a construir colectivamente un horizonte distinto, nos menciona Sonia una de las fundadoras de Casa Uvilla, un lugar ocupa.

Pero una de las trabas que se han generado en estos espacios es precisamente el hecho de ser “ocupa”, ya que se ven legalmente comprometidos con el Municipio y a desarrollar distintos modos para poder permanecer en el lugar y no ser desalojados. Felipe Ogaz director de Diabluma, una organización político cultural de izquierda radical, junto con otros dirigentes de otras casas ocupas como: Kitu Tambo, Casa Catapulta, Nina Shunku, Machánkara Casa, tuvieron una reunión para manifestar de cierta manera la forma de como poder realizar estas movilizaciones y ocupar el espacio que esta deshabitado y que se pudre mientras que cientos de personas lo necesitan ya sea para vivir o para formar un centro cultural en la que se genere un espacio cultural, artístico para compartir conocimientos de cualquier forma.

Nos encontramos en un momento social, en donde los poderes estatales, como los poderes locales desatan medidas de desalojo, disputan el derecho de las personas a los espacios públicos y visibilizan su intensión, discurso y acción de intentar las desmovilizaciones de organizaciones que no se han conformado con las políticas ya instauradas. ¿Cómo ocupar un espacio? Legalmente dice Ogaz que se puede reconocer de muchas maneras las ocupaciones. Existen muchos lugares en Quito que están desocupados y la mayoría de ellos es para generar con el tiempo una alta plusvalía, pero lo inmoral es tener en la ciudad espacios abandonados en lo que se pueden realizar distintos trabajos que le sirven a la misma colectividad y que se los nieguen. Para ellos realizar estas ocupas se amparan en las leyes del código civil, en el artículo 715 que dice: El poseedor es reputado dueño, mientras otra persona no justifica serlo.

Además de varios trámites legales que deben realizar para poder quedarse un cierto tiempo en un lugar y que de alguna forma se les reconozca las labores que se realizan para en un futuro ser total dueños de esos lugares, aunque en ciertos casos es todo lo contrario y se ven obligados a desalojar, pero ello no quita el trabajo que realizan. A pesar de los conflictos que se les han presentado legalmente con el Municipio no han dejado de trabajar para el bien de la comunidad, buscando receptar más personas, que conozcan su trabajo y se unan a ello. “No sientan miedo de ocupar un lugar, sí, al principio en fuerte pero cuando ya estas dentro todo es más fácil” Ogaz.

Cuentan con asesoría jurídica que ampara estas ocupas. Eduardo Picuasa, abogado y asesor jurídico de Diabluma, es quién les dirige y nos comenta que no es tan problemático realizar este tipo de ocupas, de hecho muy pocos son los lugares que tienen problemas, pero con esfuerzo y dedicación y con una mente clara de saber para qué quiero el lugar todo se puede dar.


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