domingo, 14 de agosto de 2016

CRONICA Jorge Guamán

Aunque se pase toda mi vida yo te esperare
Emergencias
Mientras unos nacen otros mueren, es irónico como en un solo lugar la vida y la muerte se encuentran se saludan y se abren paso en un plano diferente pero tan cercano al nuestro. Mientras unos lloran desconsolados porque han perdido un ser amado otros se abrazan y regocijan pues hay una nueva luz en sus vidas. Ese es el ciclo de la vida sufrir llorar reír y amar.
Muy pocas veces recuerdo haber ido a una sala de emergencia. El domingo pasado salí de mi casa ubicada en chillogallo y para poder llegar a mi destino tuve que tomar un bus hacia el pintado, un R2 Hospital del Sur Estadio Olímpico es un viaje de aproximadamente 30 minutos. Era uno de esos domingos en los que a pesar de que lleves chompa y todos en el bus iban con bufanda y saco, de esos grandes, y abrigados sientes como el frío te acompaña a donde te dirijas.
Al llegar al Hospital del Sur el bus te deja a una cuadra. Hay que subir una cuesta. Para poder acceder hacia la sala de emergencia, pasar por una garita, ahí estaban dos guardias, uno de ellos hablaba por celular, el otro me preguntó hacia dónde me dirigía le dije que a emergencias que tenía a un familiar ahí, me pidió la cédula y logre ingresar.
 Al ingresar en la sala de emergencia habían, varios grupos, pero uno llamó más mi atención, conversaban en voz muy baja y la señora que estaba completamente vestida de negro no paraba de llorar. Cuando se calmó y me pude acercar, me presenté y le comenté por qué estaba ahí. 
Geovanna me comentó que llegó a las 5 de la mañana con su esposo Juan, su hija, su papá, su hermana y el esposo de ella.
-              Vera joven mi mamá estaba malita desde hacía un mes y ya sabe cómo es el sistema de salud en este país si una no se está muriendo no le atienden, como no se tiene dinero no queda más que esperar. Mi mamita tiene 87 años se recostó como siempre y luego decía que estaba cansada y ya no quiso levantarse hasta que a las 4 de la madrugada me levante a verle a ver si necesitaba agua y estaba con mucha temperatura me subí a mi cuarto le desperté a mi esposo llamamos un taxi y salí con mi mama al médico, mi papa se quedó en la casa con mi hija. Llegamos al hospital y no me dejaron entrar en el taxi puede creer estos infames, mi mama no podía caminar y mi esposo tubo que ha marcarla.
En el tiempo que estuve ahí vi a dos personas que llegaron así de gravedad el primero era José un niño que estaba jugando y se cae sobre una mesa de cristal y tenía una cortada grande en el brazo llego como a las 2 de la tarde él estaba un poco asustado y su mama Susana lo estaba reprendiendo Susana.
-Este niño es necio joven sabe que nunca atienden rápido aquí no tengo dinero y me toco traerle acá ojalá que porque le ven sangrando le atiendan rápido.
Susana espero 30 minutos y lo atendieron a José como ella dijo lo atendieron pronto porque lo vieron sangrando Luego llego una chica a la que un perro le mordió en el pie porque ella le patio Carla- yo odio los hospitales los doctores prefieren estar conversando y si una enserio no está literalmente con la vida pendiendo de un hilo o con él bebe más afuera que adentro no le atienden cachas ojalá me atiendan rápido porque me duele horrible mi pierna. Ella espero como una hora para que la atendieran pues antes que ella entro José, solo había 2 doctores 3 practicantes y una enfermera.
Geovanna y Juan seguían conversando conmigo sobre la condición de su madre. Ya que a ellos lo llamo la enfermera. Les dijeron que la señora tenía que ser internada porque su condición era delicada tenia pulmonía y la fiebre aún no se le bajaba. Geovanna tuvo que entrar a hacer todos los papeleos y Juan se quedó con su hija y conmigo, comentaba – yo ya estoy harto de esto joven vera a mi mujer le van a pedir, pero hasta el acta de matrimonio de nosotros, solo para darle un cuarto a mi suegra e imagínese como si eso no fuera suficiente aquí siempre hay solo 2 doctores y eso no abastece para todos los pacientes.
Juan no se equivocó, su mujer salió como a las 2 horas y al fin pudieron retirarse a su casa pues eran ya las 7 de la noche y no les permitían quedarse en el hospital.

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